El origen de lo que actualmente constituye el Partido de Berazategui se remonta a la segunda fundación de Buenos Aires realizada por Juan de Garay el 11 de junio de 1580. Para lograr que lo acompañaran en esta empresa de fundar una nueva ciudad, tan alejada de cualquier centro poblado y llena de peligros, se les prometía a los nuevos pobladores el reparto de tierras, animales e indios.
Esta distribución de tierras se realiza de acuerdo con las Ordenanzas de Población de 1573, dictadas por el Consejo de Indias; así se repartirán entre los hombres mayores de 22 años “solares” o cuartos de manzana en el casco urbano, y “chacras” en las afueras de la ciudad, destinadas a siembra, de 300 a 500 varas1 de ancho. Más tarde, entre los años 1583 y 1587, se otorgarán mercedes2 de “suertes de estancias” en las extensiones más distantes, de 3.000 varas de frente por 9.000 de fondo (aproximadamente una legua3 y media).
Los usos del suelo fueron fijados por las autoridades españolas por la carencia de cercos o de medios naturales para establecerlos (en zonas montañosas o de sierras era posible construir cercos de piedra que evitaban que el ganado pudiera perjudicar los sembrados o ingresar en el casco urbano con las consiguientes consecuencias para la población). Es por esta causa que se delimitan las distintas zonas con accidentes geográficos naturales. Así, las tierras situadas al norte y al oeste de Buenos Aires fueron destinadas a la agricultura, las ubicadas al sur del Riachuelo fueron asignadas en “suertes de estancias” y destinadas a la cría de animales.
De acuerdo con este repartimiento en “Suertes de Estancias”, las tierras del actual territorio de Berazategui fueron distribuidas de sur a norte de la siguiente manera:
Esta distribución de tierras se realiza de acuerdo con las Ordenanzas de Población de 1573, dictadas por el Consejo de Indias; así se repartirán entre los hombres mayores de 22 años “solares” o cuartos de manzana en el casco urbano, y “chacras” en las afueras de la ciudad, destinadas a siembra, de 300 a 500 varas1 de ancho. Más tarde, entre los años 1583 y 1587, se otorgarán mercedes2 de “suertes de estancias” en las extensiones más distantes, de 3.000 varas de frente por 9.000 de fondo (aproximadamente una legua3 y media).
Los usos del suelo fueron fijados por las autoridades españolas por la carencia de cercos o de medios naturales para establecerlos (en zonas montañosas o de sierras era posible construir cercos de piedra que evitaban que el ganado pudiera perjudicar los sembrados o ingresar en el casco urbano con las consiguientes consecuencias para la población). Es por esta causa que se delimitan las distintas zonas con accidentes geográficos naturales. Así, las tierras situadas al norte y al oeste de Buenos Aires fueron destinadas a la agricultura, las ubicadas al sur del Riachuelo fueron asignadas en “suertes de estancias” y destinadas a la cría de animales.
De acuerdo con este repartimiento en “Suertes de Estancias”, las tierras del actual territorio de Berazategui fueron distribuidas de sur a norte de la siguiente manera:
Los señores Roverto e Izarra se radicaron en sus tierras y comenzaron a explotarlas. Surge de esta manera la estancia llamada “Del Corbatón” de Antón Roverto, constituyendo el primer núcleo de población en Berazategui. En 1602 vende esta propiedad a Pedro de Izarra, quien fallece en 1622, heredando estas tierras su hija Polonia, casada con el General Gaspar de Gaete. Éste hará construir un puerto en la desembocadura del Arroyo Colares, conocido como el “Puerto de Don Gaspar”, o “Puerto Colares”4. El contrabando se había convertido en un problema bastante serio y a la vez difícil de combatir debido a la vasta extensión de estos campos y por la falta de control. Por este motivo, el gobernador Pedro E. Dávila concede a Don Jerónimo Benavídez tres leguas de tierras desde Punta Colorada hasta el límite con la estancia de don Antonio Gutiérrez Barragán, con la obligación de vigilar el arribo de navíos a la costa y dar aviso inmediato a las autoridades. Esto significó la decadencia del puerto anteriormente mencionado.
La ocupación de las tierras en forma efectiva y permanente fue muy lenta. Cabe mencionar que otros centros poblados aparecen a fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, tal es el caso de la estancia6 del Capitán Pessoa y Figueroa, adquirida en 1695 por trueque a la Compañía de Jesús. Fallecido éste en 1729 será su esposa, doña María Arroyo, quien se haga cargo de la estancia, la cual decaerá luego de que el cacique Cangapol o Bravo la ataque en 1740. Otra de las estancias surgidas en dicho período es la perteneciente a Roque Giménez de Paz, adquirida en 1736, ubicada en lo que posteriormente fuera la Estancia San Juan de Pereyra.
La ocupación de las tierras en forma efectiva y permanente fue muy lenta. Cabe mencionar que otros centros poblados aparecen a fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, tal es el caso de la estancia6 del Capitán Pessoa y Figueroa, adquirida en 1695 por trueque a la Compañía de Jesús. Fallecido éste en 1729 será su esposa, doña María Arroyo, quien se haga cargo de la estancia, la cual decaerá luego de que el cacique Cangapol o Bravo la ataque en 1740. Otra de las estancias surgidas en dicho período es la perteneciente a Roque Giménez de Paz, adquirida en 1736, ubicada en lo que posteriormente fuera la Estancia San Juan de Pereyra.
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